lunes, 2 de agosto de 2010

Jugando.

Infinito es el juego de las casualidades y estúpido el seguir sin hablar de él como tratando de ignorar que su ocurrencia es real, o más bien degradando el grado de realidad que posee. Para enunciarlo sólo tomaré hoy como ejemplo porque aparentemente estar en la onda es estar sobre la bitácora. Por mi está muy bien de paso pues me encantan las bitácoras.

Con la falsa excusa de ir a trabajar con unos niños de plan vacacional dejo mi casa a eso de las diez para ir a ocuparme en una tarea mucho más amena y algo aventurera la mañana de hoy. No tuve que lidiar con los chiquilines pues me fue informado que esta semana el trabajo será ligero y muchos días los tendré libres. Una bendición de verdad.

La tarea en la que me ocupé es nada importante de describir. Basta con decir que hice un banco rodeado de piedrecillas un sitio mío por un par de horas y luego partí a enviar una encomienda que ansío ya llegue. Y esta ansiedad me resulta curiosa pues el día de mañana llegará rápido, rapidísimo, pero visto desde hoy es lento y el mecanismo funciona trabajosamente para jugar con mi paciencia.

Al volver a casa y tener que partir de nuevo al relojero empieza el juego de las casualidades. Mando dos mensajes y me genera una expectativa especial la respuesta de uno de ellos que siempre se hace esperar un poco, para alargar mi deleite. Llega justo en el momento en que, de su reproductor de canciones suaves, sale impelido como un cohete un triste discurso leído acerca de una carta a Rocamadour. Me traspasa los oídos. Ofrezco colores y helado en respuesta a la respuesta de enfermedad, pero creo que hoy lo necesario es algo más etéreo. Lástima, no tengo algo así a mano andando por ahí.

Al llegar de nuevo al hogar que no es mi hogar pero en fin, muero por hacerme un té de limón y menta por el que estuve delirando una hora antes de llegar. Nótese el hecho del té y su tipo. Por favor.

Lo sorbo despacio. "Qué necios los tés", pienso.

Pienso también en el último mandarinazo recibido. No es más que un nombre sustituto para referirme a un comentario, no worries. Pienso atentamente en él y trato de destejerlo como a una mantita a la que se le quiere mucho, hilo por hilo para ver de qué está hecho. Pero no tiene sentido, después quedan solo un montón de nudos y pierde estética. Acaba uno por no poderse cubrir con la manta.

Enciendo la computadora, o la incendio. Veo lo que ha ocurrido en el arca y lo amo absolutamente aunque me pateo mentalmente por el giro estomacal que me provoca. Leo las casualidades que no sabía que habían ocurrido y sonrío ampliamente.

Empieza a llover con sol y recuerdo que antes, oculta en la plaza, pensaba que me provocaba mucho presenciar ese fenómeno en particular. Sin bromas, es muy bello. Se me viene lo siguiente a la cabeza y tengo que escribirlo:

"Mientras más le extraño más fuerte llueve y cae el agua y yo no sé si es que escuchar la música suave de su reproductor o haber fumado durante tres minutos a escondidas en una plaza que nada escondida está, hace reventar la nostalgia paciente que me lleva a escribir. O será más bien la ansiedad de mañana."

Una basura si me pregunta alguien, pero qué más. Seguidamente suena el reproductor, y "she makes me feel like it's raining outside" dice el coro. Río mucho. Se hacen dos arcoiris que puedo ver desde mi cuarto y mi madre al punto dice: "¿No crees que eso es como una buena señal?". De inmediato contesto afirmativamente.

Sigo y sigo, y cuando estoy escribiendo al inicio que las bitácoras es estar en la onda, la guacamayita me dice de la nada: "Estamos en la onda". Que revise si no me cree.

Luego de todo esto la sospecha graciosa de un noviazgo termina por redondear la puntuación. Río más y más.

Me sigue persiguiendo el juego que quizás no quedó muy bien narrado pero prefiero ya dejar esto de relatarlo mientras pasa. Lo hace todo mucho más lioso.

Y acerca de la plantilla y el cambio: Necesario. Amor.
Dos días similares en cierto modo.

"Sentirse enfermo es rarísimo.
De paso, es como sentirse enamorado, además.
Toda una cosa."

Supongo que por ahora todo queda bien en Rubish.

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