Yo te espero para entonces aglomerarnos.
Meternos, salirnos, estar más bien callados
entre tus piernas arqueadas y tú más adelante,
aferrándote a no sé qué esquina, qué pedazo de tela
arañando el aire cada vez que voy con todo.
Y la ventana abierta y la noche despejada
Y la nevera que hace ruidos raros allá afuera
Yo me meto para estar tranquilo y no estarlo
Y me domina el grito que oigo en estas cuatro paredes
cuando trepas en busca de un vértigo nuevo
Yo trepo contigo y aspiramos un aire muy breve
¿Qué miras cuando cierras los ojos así de esa manera?
Gustavo Valle.