domingo, 15 de agosto de 2010

Defenestraciones.


Entiéndase, de lo que nace de cualquier conflicto común. Milimétrico incluso. La defenestración será correspondiente al mismo. Respectiva, incluso atómicamente complementaria. A cada fisura psicológica, le será asignada una formidable y digna ventana.

Intentos no premeditados.

La vaga costumbre de no saber anticipar un buen resultado con las herramientas que se tiene. Y en lugar de buscar nuevas armas, se toman las ya existentes y se arrojan por esa ventana que tienes justo detrás. Se te ha sido asignada. Sin abrirla. La caída sin el primer impacto no tendrá sentido y se habrá realizado una barata defenestración.

Léase, del momento crítico de búsqueda de soluciones. El colectivo calla, yo defenestro. No sé de otra manera de aliviar la calamidad y salir más o menos ilesa.

¡Fuera abajo!

Dejadlo caer.

Dramáticamente correcto.

Claro que se puede. Una vez entendida la importancia de ser precisos en ciertos detalles, bien se puede también conservar la compostura y declarar:

(Mucho antes de este entendimiento es muy improbable que algo de lo que se trate de expresar llegue a ser entendido como tal y ocurre lo inesperado)

· Me lleno de vicios, jodidas mañas que vuelven después de varios años. Se agotan las palabras físicas. Quedan únicamente los resquicios lejanos (tal como este) para doler en paz y pronunciar que sea lo que sea. Esto es dramáticamente correcto.

· Vaya baratija esta. Aclararse uno mismo las cosas más estúpidas es, a veces, toda una proeza. “Es azul, te digo! Deja de repetirte que es negro”. Para todo y para nada. El desquiciado entorno sigue dando lengüetazos a mis espaldas y no quiero volverme a mirar. Aún no. Ya llegará la hora perdida. Mientras tanto, hay que jugar a ser anfitriones.

· Debo insistir, me lleno de vicios y me lleno de personas. En cierto punto del camino, vendrían a ser éstas dos la misma cosa. Personas y vicios. El plato principal. Como a gusto, pero en cierto punto de la saciedad, hay un desnivel que me lleva a la ansiedad absoluta y no para nunca. Entonces, nunca me estoy totalmente quieta. Hay una importante fuga de cosas preciosas y sobrevaloradas al mismo tiempo. La fuga se ubica en uno de mis costados y ha estado allí por años. Imposible sellarla, es parte de mí. Hará todo el daño y todo el bien que tenga que hacer hasta que sea más que impositivo una clausura total. La trascendencia, supongo.

· Doler en paz. ¿A quién se le ocurre?, ¿en qué momento del día debe comerse eso y con qué? Lo que duele lo hace y ya. Sin muchos pormenores. Sin mucha estrategia. Es, en todo caso, algo bastante tácito. Preguntarse por qué duele algo es una triste consolación. Y, ahora bien, cuando algo ha de doler, dejadlo doler. Luego, dejadlo caer, súbitamente. ¿Qué tal? ¿Qué se siente? ¿Como basura de autoayuda? Qué bien, porque lo es.

· Entretanto, se sigue evadiendo el problema inicial. Apartando todo lo que lo rodea, es evidente que ha sido un solo motivo en que ha impulsado la idea de defenestrar. Y obviamente, ese motivo luce mucho más atractivo traslúcido. Elegantemente indirecto. Bien.

· Una vez llegado a este punto: Usted es un santo. No sólo porque es bastante gentil considerar leer algo de lo cual no puede esperarse absolutamente nada, sino porque llegado a este preciso punto o numeración, ya se ha pasado la gran muralla de desaciertos y comienza a visualizarse algo. Más basura policromática. Es Usted un santo.

· Si lo único que se quiere es dominar el mundo ¿cuál es el gran crimen? Mover a las masas. Gran cosa! Es incluso más fácil y menos hazaña que intentar mover a una sola y simple persona sobre un paso detrás de otro en el sentido que se desea.

· Yo prometí calma y eso daré. Prometí acogedores hogares llenos de flores e incluso, tendré el mío propio. Tal vez mañana, tal vez dentro de una semana, pero allí estará. Flores secas de colores, agua fresca, roscas de naranja y chocolate, cajas de arenas sin gatos, recodos de amor. Fuerza, comida. Mucha comida. Sábanas blancas, imágenes inaugurales. Centros magnéticos, sexo, sal. Vociferantes mensajes de reconciliación con el entorno. Paz.

· Otro post incompleto. Mera distracción.

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